Los extranjeros pueden comprar propiedades bajo las mismas condiciones que los ciudadanos uruguayos, sin necesidad de residencia ni ciudadanía.

Todas las transacciones son revisadas obligatoriamente por un Escribano Público (notario), asegurando así una compra protegida y legalmente transparente.

Se puede transferir dinero al país libremente, sin impuestos adicionales o limitaciones. Además, al vender una propiedad, el propietario puede repatriar fácilmente sus fondos.

Uruguay es una de las economías más sólidas y seguras de América Latina. Las propiedades suelen aumentar su valor con el tiempo, especialmente en zonas turísticas.

Requisitos sobre la procedencia de fondos Para completar la compra, es necesario demostrar que los fondos tienen un origen lícito, conforme a las leyes sobre transparencia financiera y prevención de lavado de activos.

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Al elegir el inmueble, se firma un "Boleto de Reserva" (acuerdo de intención de compra) y se realiza un depósito, generalmente del 10% del valor total.

Un Escribano Público revisa detalladamente los antecedentes de la propiedad, asegurándose que no existan deudas pendientes ni irregularidades legales.

Luego de aprobada la revisión, se firma la "Escritura Pública", documento final que valida oficialmente la transferencia de la propiedad ante el notario.

El comprador abona el saldo restante, y el Escribano se encarga de inscribir la propiedad en el Registro Público, donde queda oficialmente a nombre del nuevo dueño.